Eduardo Francisco Vílchez López, decano del Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas zona de Alicante
En los últimos años hemos iniciado una carrera de fondo con meta en la Agenda 2030. Con los objetivos marcados por la Organización de las Naciones Unidas el global de la actividad económica de los países se ha puesto manos a la obra. También los ingenieros civiles.
La construcción genera el 40% de los residuos en nuestro país y es responsable del 35% de las emisiones de efecto invernadero (según un informe aún no finalizado del Ministerio Para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico). Con estos datos, es indispensable la aparición de una nueva figura, la del Ingeniero Civil Sostenible.
En una primera etapa de la Agenda 2030, los esfuerzos se centraron en la formación en Medio Ambiente de nuestros profesionales. En una segunda fase, el cambio en los procesos de construcción viene reforzado por una nueva legislación europea. El ingeniero civil ya no está solo en la tarea, sino que recibe el empuje de normativas favorables a la mejora de la calidad de las ciudades y áreas rurales.
Nace un nuevo profesional, transversal en su aprendizaje y compromiso, que requiere de un Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas que sepa adaptarse a las nuevas necesidades de la Ingeniería. Desde nuestra corporación, trabajamos todos los días para que los Objetivos de Desarrollo Sostenible no se queden en un solo día, sino que se conviertan en procesos inherentes a la nueva Ingeniería Civil.
Artículo publicado en el Diario Información 05/03/2020